“Sin creatividad, sería verdaderamente difícil distinguir
a los seres humanos de los monos”. Mihaly Csikszentmihalyi, 1998.
¿Cómo sucede la creatividad en el cerebro? ¿Cómo se dan algunos porqué neurocientíficos de la creatividad?
Algunos estudios mencionan que estamos predestinados a ser creativos, para ello, es fundamental conocer el funcionamiento neurobiológico que supone el acto creador.
¿Cómo podemos determinar la conducta creativa?
La creatividad, en cierto modo es un proceso sistémico, es decir, se activan muchos procesos simultáneos a la vez, no ha resultado fácil saber en qué área de nuestro cerebro se encuentra la creatividad, el surgimiento de las ideas y el modo como las aplicamos, forma parte de nuestras vivencias, experiencias, cultura, sociedad que nos rodea, no es la primera vez que lo menciono, mis artículos están cargados de ésta premisa.
Según un estudio realizado por Carlos Moreal (2000), para determinar una conducta creativa deben existir estructuras neurofisiológicas que sirvan de mediadores entre la conducta y los genes. Un campo que está sin explorar, aunque claramente prometedor.
¿Cómo comprobar esa relación?
Es necesario considerar la influencia de los neurotransmisores involucrados (sustancias bioquímicas que permiten la transmisión de información a través de las neuronas), como la dopamina y la serotonina.
En cuanto a la dopamina, sabemos que es uno de los neurotransmisores más importantes para nuestro sistema nervioso, es fundamental para la percepción, el procesamiento de las emociones y las sensaciones relacionadas con el bienestar, la motivación, la atención y la felicidad. Su relación con la creatividad esta determinada por la generación de ideas positivas, coherentes y claras.
Por su parte, la serotonina es llamada "el neurotransmisor de la felicidad" o "la hormona del humor" y aunque esto es sólo un eslogan, es cierto que, es importante en la inhibición de la ira y la agresión y en la regulación del sueño, el humor, el apetito y el deseo sexual (entre otras funciones, en las cuales participan también varios neurotransmisores) y está especialmente ligada, como de otra forma también la dopamina, al placer.
Es curioso que casi el 90% de la serotonina se produce en el intestino, que se le ha llamado "el segundo cerebro". El cuerpo crea serotonina sintetizando el aminoácido triptófano, el cual es el precursor de la misma y existe de manera natural en muchos alimentos. En su libro Natural Prozac el Dr. Joel Robertson recomienda comer vegetales como la espinaca, el kale, la lechuga, la calabaza y verduras relacionadas como el zucchini, tubérculos como el camote, la zanahoria, el nabo, entre otros. La cúrcuma también parece ser efectiva para tratar la depresión, de acuerdo a estudios científicos recientes. El cerebro busca experiencias de felicidad y recompensa se genera dopamina cuando lo hacemos sentir inteligente, capaz, único. También busca vivir emociones, sentirlas y expresarlas y la serotonina se activa cuando trasmites tus emociones y te sensibilizas ante las del otro.
La creatividad se origina en el cerebro, por lo tanto, podemos hablar de neurocreatividad. La neurociencia nos muestra que gracias a la plasticidad del cerebro podemos reprogramar las redes neuronales que abarcan la percepción y la imaginación, aumentando así nuestra creatividad. Sabemos que las neurociencias intentan estudiar la biología de éste fenómeno que no deja de sorprendernos.
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